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» » » Chaqueteo nivel DIOS a Luli por su portada en revista Paula
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Dicen que el racismo se cura viajando. Y es cierto. Cuando uno sale se da cuenta de las imperfecciones de nuestra cultura y una de las características más despreciables que tenemos es el "chaqueteo". Esta práctica consiste en tratar de bajar a todo aquel que "sube", que aparece, que se destaca y para esto, empleamos las peores estrategias.

Eso es lo que pasa con Luli Moreno. Esta chiquilla tiene un origen humilde; comenzó su carrera como promotora de supermercados, no tenia cartón universitario y, armándose de un personaje bastante básico -prototipo mujer hueona, ligerita de ropa, sexona y decorativa- comenzó a aparecer en la TV con polémicas faranduleras de mala muerte y harta teta. 



Es un comienzo tan despreciable como el primer libro de un poeta; como el primer cuadro de un pintor o los primeros covers de Silvio, al lado de una fogata, de cualquier músico. 

Para aprender hay que hacer y los comienzos no son lo que nos definen, sino lo que hacemos a medida que vamos avanzando en el camino y la cantidad de veces que somos capaces de levantarnos a medida que vamos fracasando. 


Hoy Luli apareció en portada de la revista Paula y quedó la cagada. Se ve linda, elegante, parece una suerte de mini-mí de lo que hubiera resultado si Miriam Hernández y Monica Belucci hubiesen tenido una hija juntas. Se ve estupenda. Sobresale.

Y llama poderosamente la atención la enorme cantidad de notas que se han hecho al respecto en la prensa, enfocándose en las críticas y en los arreglos de Photoshop. 

También los comentarios de esas notas y las reacciones en twitter son escandalosas.

Gente hablando de que Luli tiene la cara con acné o de sus orígenes y que no debería aparecer en una vitrina de gente cuica y otros hacen nata diciendo que se fue a la mierda la línea editorial de la revista por poner a una mina "pobre". 

Es delirante ver que la critican por cómo luce (que no se parece a ella misma, que la arreglaron demasiado) y que en el mismo comentario se diga que hay que poner hincapié en sus logros, como si su aparecimiento público -entendiendo que ese es su negocio- no fuera parte de sus logros. 

Como mujer, resulta complicado entender qué es lo que pretende el público de ella. Más aún, cuesta comprender las críticas que hacen las mismas mujeres (esperando la solidad de género) sobre este controvertido personaje.

Personalmente, no soy devota de Luli, pero si de los logros de Nicole Moreno. Encuentro fantástica la forma en que, sola y siendo mamá, se ha vuelto una empresaria exitosa de si misma. 

Sin embargo no deja de ser preocupante lo que despierta en nosotros el hecho de que una mujer que no tenga apellido vinoso sea portada de una revista de papel couché.

Todo redunda en lo mismo, en el uso de Nicole Moreno como sujeto de críticas por sí o por no, sin problematizar sobre lo que ella representa, ya sea a nivel de género, del rol que cumple en los medios, de clase social, de la naturalización y lo despótico del rol de la mujer objeto, nada. Tampoco se hace el contrapunto, destacando sus logros. Todo se redujo a la banalidad idiota a la que nos estamos acostumbrando demasiado rápido.

Personalmente dudo que Nicole Moreno lea Fisura, sin embargo no pierdo nada diciéndole que es una mujer extraordinaria. Ha sabido capitalizar lo que otras no pudimos, centrándonos en discursos que a pocos le importan. Su rol ha sido completamente trasgresor y quizás sin saberlo, ha contribuido con su corporalidad a establecer discursos críticos. Es fácil sentarse en el anonimato de un computador a dar opiniones, fumando y tomando coca-cola (es lo que estoy haciendo); sin embargo es ella la que se tiene que desgastar en gimnasios, saludando gente, tratando de aparecer en medios, recibiendo críticas (que no es nada fácil), trasnochando, haciendo eventos, lidiando con borrachos y ganándose el odio de las que se creen superiores porque no se depilan hace meses y se "quemaron las pestañas" en una universidad de mierda para ser mandos medios o parte de la burocracia espantosa.

Resulta vergonzoso que la crítica redunde en el uso de photoshop, cuando no tenemos ningún reparo en subir nuestras fotos usando el embellecedor de rostro de la cámara y un montón de filtros de Instagram. Seamos honestos. Nunca se trató de eso.

El problema nunca fue Luli o la revista Caras. El problema está en nosotros; que nos creemos la raja y no somos capaces de tolerar el éxito ajeno por las razones que sean, sin querer asumir el costo de lo que significa el éxito y mucho menos los sacrificios que hay que hacer para alcanzarlo.




Escrito Angela Barraza Risso

Angela Barraza Risso (1984). Escritora, editora y entrevistadora. Es encargada de prensa en la Cofederación Minera de Chile (CONFEMIN) y editora de prensa y entrevistas en Fisura.cl y LecturasCiudadanas.cl. En 2011 publicó el libro CHILE. Junto con Arturo LedeZma es creadora de los proyectos Editorial FUGA y del ciclo literario Los Desconocidos de Siempre (LDdS)
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