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Me parece increíble que estas gueás sucedan y queden en la más absoluta impunidad. Creo que, hechos de esta índole, no pueden pasar a formar parte del anecdotario literario así como quién dice ahí va una coca-cola y que nada se haga al respecto. Creo que es importante rechazar actos como este, porque no es posible que un amigo, escritor y editor, reciba un balazo en la mano.

Creo que no podemos seguir validando gueones por la pura buena onda, cuando a cambio se reciben agresiones, sobre todo si de armas se trata. Creo que es importante hacer algo en repudio a los sacos de guea y en apoyo de los que son vulnerados. Cristobal llama a no asistir a sus eventos. Yo sería más drástica y creo que hay que forzar la exclusión absoluta de esta gente de los circuitos a los que pertenecemos.
Acá les copio la carta de Cristobal Gaete, de la editorial Perro de Puerto, contándonos el lamentable hecho:


Hola. Les escribo para difundir algo muy grave que me sucedió unos días atrás. El día domingo estaba bebiendo tranquilamente en mi casa con Mateo Saavedra-a quién había acogido 15 días atrás-, seudónimo de Eric Flores, y él disparó a quemarropa sobre mi mano derecha sin ninguna causa motivada por mi conducta. Posteriormente le solicité que llamara a su hermano y Eric Carvajal, en vista de que Saavedra no era capaz de nada por su estado de intemperancia. Al entrar a mi casa Carvajal trató de esconder el arma entre mis ropas, una conducta que no acepté. Ya en el hospital Van Buren me fue practicado un aseo quirúrgico en el cual fue imposible extraerme el proyectil, así que debí cambiar a la IST donde sí fue posible, pero extendiendo el daño por mi mano y elevando los costos de esta gilada.
De paso, me enteré que se estaban extendiendo falsos rumores por parte de Carvajal, y es eso lo que venga solucionar con este breve texto. No sé qué diablos pueden tener en la cabeza estos sujetos, pero la acción de Saavedra o Flores-cómo prefieran llamarle- se extenderá mínimo por un plazo de 2 meses sobre mi cuerpo(lo que, desde un punto de vista, es una suerte), período en el que deberé seguir haciendo proyectos como el suplemento literario en el ciudadano o la investigación de los ambulantes, y pagando pensión alimenticia…pero nadie me devolverá los días que no podré trabajar en el Mercado-que es donde aseguro mi ingreso y el de mi hija-, no estar a solas con mi hija, o el no poder hacerme cargo de mí mismo, sentado en la casa de mis padres(convirtiéndome en una carga para ellos, casi matándolos del susto) escribiendo con la mano izquierda.
Más allá del dolor físico, está la alevosía de querer truncar mi trabajo y mi presente. Ninguna pistola se ha disparado sola. Ya está en ustedes participar en ciclos o publicaciones de estos sujetos o cagarse de la risa con ellos de mi mano. En tanto, emplazo públicamente al señor Carvajal a que deje de lucrar con mi novela corta Valpore.

Cristóbal Gaete

Espero esta entrada sirva de algo, al menos, para que más gente quede enterada de lo sucedido y se sumen en la difusión. Y que, la próxima vez que aparezcan estos personajillos, reciban el trato que se merecen. Espero que ninguno de los poetas y amigos escritores vuelvan a potenciar el trabajo ni sigan permitiendo la habitancia de estos tipos en la literatura que, en ningún caso es buena onda, pero tampoco criminal.
Estoy demasiado impresionada wn!!! No lo puedo creer.

Escrito Angela Barraza Risso

Angela Barraza Risso (1984). Escritora, editora y entrevistadora. Es encargada de prensa en la Cofederación Minera de Chile (CONFEMIN) y editora de prensa y entrevistas en Fisura.cl y LecturasCiudadanas.cl. En 2011 publicó el libro CHILE. Junto con Arturo LedeZma es creadora de los proyectos Editorial FUGA y del ciclo literario Los Desconocidos de Siempre (LDdS)
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2 comentarios

  1. hay una canción popular, muy linda, que se me viene a la mente en estos momentos. Esa que dice Weon weon, weon weon weon weon... podríamos cantársela entre todos a Mateo (más conocido como el loco Eric).

    que lata la wea.

    que agilao

    que weon más cuma

    pero bueno, al menos nos queda la alegría de que ya no lo vamos a ver más en las lecturas o en los lanzamientos. Algo siempre se saca en limpio.

    beso en el cuello

    Ar.-L

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  2. Sobre el atentado a Cristóbal Gaete


    El domingo 3 de abril, Cristóbal Gaete solicitó mi ayuda a través de un llamado desde el teléfono de Mateo Saavedra, señalándome que estaba herido y que necesitaba auxilio. Acudí al llamado para asistir a dos amigos en problemas. Ya en el departamento, vi que ambos estaban en extremo estado de intemperancia. Gaete se encontraba en estado de pánico ante lo sucedido y se negaba a ir a un hospital, para que no descubrieran que estaba drogado. Le dije que no tenía que preocuparse, que él era una víctima y que lo principal era que se atendiera la mano. Él insistía en quedarse en el departamento, pero con Danilo, el hermano de Saavedra, lo convencimos de buscar asistencia médica. Al salir, me di cuenta de que la pistola estaba sobre la mesa del living y decidí guardarla en un cajón, fuera del alcance de Mateo, quien yacía inconsciente en un sillón. No fue mi intención ocultar el arma, porque camino del hospital, le dije a Gaete dónde la había puesto, motivo por el cual Cristóbal quiso regresar al departamento para deshacerse del arma. Le dije que no estaba dispuesto a llevarla en mi auto, porque eso es un delito, y que tampoco era conveniente botarla por ahí, como él pidió; pero como no quería atenderse la herida si no nos encargábamos de la pistola, le pedí al hermano de Saavedra que se hiciera cargo, como finalmente hizo, entregándola responsablemente a la PDI. Después de eso, llevé a Gaete al hospital Van Buren, donde finalmente fue atendido.
    Es una pena que Cristóbal me haya involucrado en una estupidez como ésta, porque en todo momento le expliqué lo que estaba haciendo, le hice caso en todo lo que me pidió, por absurdo que me pareciera, y le facilité mi teléfono para que se comunicara con quien quisiera, llamadas que están registradas en mi celular.
    Escribo esto para solicitarle públicamente a Cristóbal Gaete que rectifique sus dichos sobre mi persona y reconozca como hombre que yo no estuve presente en el nefasto carrete del domingo, que no fui yo quien le disparó, que no participé ni como cómplice ni como encubridor y que sólo acudí a su llamado, para ayudar a dos amigos en problemas.
    Eric Carvajal
    Escritor y editor
    Pd. En un ambiente de alcohol, drogas y violencia, difícilmente se pueden desarrollar “proyectos literarios”.

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