Una historia de infancia

Esta fotografía la he tomado de TUMBLR y dice: Ann Margret and friend. Sepa Dios o el Diablo quién reflautas es Ann Margaret, pero me trajo a la memoria un recorte de la infancia, cuando tenía yo de mascota a una tortuga que se llamaba Tatiana. 

Yo amaba a mi tortuga, pero un día terrible, cuando comenzaba el invierno, la tortuga se perdió y por más que la buscamos no apareció por ninguna parte. Entonces, un par de meses después, cuando ya la habíamos dado por perdida, mis viejos pusieron cemento en el patio y nunca más volvimos a hablar del tema de la tortuga. Ya en la adolescencia me enteré de que las tortugas ivernan y que se entierran para ello durante algunos meses. Y me sentí tan culpable!! pero qué podía hacer yo a esas alturas en que Tatiana ya debía estar más que muerta. Me la imaginaba tratando de salir, luchando contra el cemento para volver a verme. Y esa imágen me persiguió durante algunos años.

La cuestión es que un día, no hace mucho, encontré una fotografía de la época, en donde aparecía yo, de 2 años, con una jardinerita azul y un chalequito blanco. A mi lado  aparece la tortuga, en el fondo un montón de tierra que era la casa de Tatiana y para mi sorpresa EL PATIO YA TENÍA CEMENTO!!!

Lo que quiero decir con esto es, que a veces los recuerdos se vuelven tan confusos, al menos los míos; y como están ahí, nada más uno fabula al respecto, incluso con cosas horrorosas. No sé en qué momento se me ocurrió pensar que la tortuga había sido enterrada viva en el patio y me alegra sabe que no fue así a pesar de todo el tiempo que sufrí "recordando" cosas que nunca fueron ciertas. 

Lo malo es que no sé hasta qué punto mis recuerdos son fidedignos, al menos los de infancia y a veces, hablando con mi mamá me doy cuenta de que muchas cosas que pensé no eran exáctamente como yo creía. Lo peor es que siempre son muy convenientes para mis padres jajajajaja.